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Burguett

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El Burguett es uno de los nuevos y populares locales especializados en hamburguesas que han abierto en el centro de Sevilla. Esto nos encanta porque llevamos años pidiendo a gritos más novedades, locales nuevos y que aporten algo nuevo a la gastronomía a la que ya estamos más que acostumbrados.

El local está sito en la calle Albareda y tiene dos plantas, aunque es pequeño es muy acogedor a pesar de estar diseñado tipo loft industrial y la decoración blanca y madera es muy chic.

Todos hemos comido hamburguesas, muchas y la gran mayoría en ciertas cadenas de comida rápida. Pues bien, vuestro concepto de las hamburguesas cambiará en cuanto probéis las del Burguett.
Sí, son hamburguesas: carne picada combinada con ciertos ingredientes, salsas, mostaza, ketchup y entre dos panes. Pero es que este concepto puede ser muy, pero que muy diferente según quién lo cocine y sobretodo, cómo.
EL Tapeador Burguett
Brie

La carta del Burguett es extensa, tienen algunos entrantes tipo nachos, hot dogs y ensaladas, sandwiches, menús infantiles y por supuesto las busguers. Puedes elegir entre 13 diferentes, casi todas de ternera, a excepción de la presa ibérica y la de pollo; hay cheese bacon, ibérica, boloñesa, japonesa o mediterránea entre otras, cada una más currada que la anterior, sobretodo por los ingredientes que les ponen.

Nosotros nos decidimos por la Brie (que llevaba reducción al P.X, además del brie, la cebolla caramelizada y la rúcula) y la Cheese Bacon (hojas verdes, tomate, cebolla caramelizada, pepinillos, bacon y cheddar) a la que además le añadí por 1€ más un huevo frito.

Tardan un poquito en servirla y no habíamos pedido entrante porque no íbamos con mucha hambre, pero si siempre que tardaran me sirvieran luego una comida así nuca habría problema en ninguna parte. Las hamburguesas estaban sencillamente exquisitas. No les puedo poner ninguna pega. Las sirvieron en un plato alargado, con sus salsas aparte, con patatas fritas caseras, fritas en aceite de oliva y con romero por encima, todo para chuparse los dedos.
No pedir entrante fue un gran acierto porque casi no pudimos terminarnos las hamburguesas (que son de 140gr de carne).
EL Tapeador Burguett
Cheese Burguer

Decir sobre la Cheese Bacon que los pepinillos son los mejores que he probado nunca y que la rúcula, el queso, el tomate y la cebolla caramelizada resultaron una mezcla fantástica. Es difícil de explicar pero voy a atreverme a deciros que hasta día de hoy es la mejor hamburguesa que he comido nunca.

EL Tapeador Burguett
Tarta de Queso
Para terminar decidimos apostar por un postre casero, la tarta de queso Idiazábal, que nos presentaron en un tarrito, con la tarta, un bizcocho, mermelada y nueces. Cuando lo probé casi me caigo de la impresión. Fue como tomar a cucharadas queso viejo con bizcocho y miel. Tiene que encantarte el queso fuerte para que te guste este postre, si es así te encantará y si no lo odiarás.

El Burguett no es barato (la media de hamburguesas son 9€) pero la calidad tiene precio y si estás dispuesto a pagarlo no te arrepentirás. Si os gusta disfrutar de la carne, las hamburguesas y sus posibles variantes venid sin pensarlo.







Valoración



Uno de uno.

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Hace unos meses decidimos probar un nuevo bar que habían abierto en el centro de Sevilla. Nos llamó la atención que lo tuvieran todo a un euro. Sí, sí, tapas y bebidas. No íbamos con las expectativas muy altas, la verdad; pero tampoco se cumplieron.
Sabemos que no es un bar en el que puedas comer por poco dinero, porque si lo intentas te puede salir caro; pero es que tampoco es una opción para un picoteo rápido. La verdad es que creo que dan una imagen que no se corresponde con lo que después ofrecen.

Portada de Uno de Uno. El Tapeador
Uno de Uno se encuentra en la calle San Pablo, una de las más céntricas de la ciudad. Es un local bastante amplio con mesas y taburetes altos, varias pantallas de televisión y algunas mesas en la calle. Tiene una carta bastante amplia y todo es autoservicio. Pides en la barra, recoges las bebidas y te van avisando según va saliendo tu comida. 

Decidimos ir un día a picotear para la cena. La primera decepción es que sólo tienen un tamaño de cerveza y la verdad es que la cantidad que ponen vale menos de un euro en otros bares. Pero bueno, eso se soluciona pidiendo más cervezas y en paz. Las aceitunas están muy ricas. Punto a su favor. Seguimos con un clásico de todos los bares: la ensaladilla. Dicen que es de pulpo pero en nuestra tapa no cayó ningún trozo, sólo había patatas. Ni siquiera sabía a pulpo. 

Curiosamente los platos mejor conseguidos fueron los de guisoteo. No sé si eran o no caseros, pero estaban buenos. La caldereta de cerdo mozárabe servida en cazuelita, con una salsa muy buena y el menudo, bastante bien conseguido. 

Tienen también raciones a 4€ que no sé si compensan mucho ya que no hay mucha diferencia entre pedir cuatro tapas iguales o una ración. De hecho, y por raciones que vimos pasar a nuestro alrededor, creo que las tapas merecen más la pena. 

Caldereta de cerdo mozárabe de Uno de Uno. El Tapeador. Desde hace poco tiempo creo que también tienen desayunos con diferentes tipos de pan como mollete, pan con cebolla, con soja... Igual me acerco un día a probar los desayunos, pero sin mucha convicción. 

Aparte de que la comida no me gustó nada, tampoco lo hizo el servicio, que no es precisamente agradable ni amable. Y aunque entiendo que es política de empresa no me gusta que si estás consumiendo dentro del bar no puedas abrir una cuenta e ir añadiendo la comida para pagar la cuenta al final. Es un poco engorroso eso de ir pagando de euro en euro las cervezas y que luego se quejen de que no facilitas cambio. 

Es un bar al que creo que no voy a volver y que cada vez que paso me pregunto cómo sigue abierto. 

Y por todo lo que os hemos contado nuestra valoración es: 



Puedes consultar sus redes sociales en Facebook y Twitter para estar al día de todas sus novedades. 

L' Oca Giuliva

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Hace un tiempo que El Tapeador se puso en busca del mejor restaurante italiano de la ciudad. Como todos sabemos en Sevilla precisamente restaurantes italianos no faltan, pero buscábamos algo especial, más auténtico, más italiano que todos los demás.
Nos habían recomendado y habíamos leído en la red que en la súper turística calle Mateos Gago había uno llamado L' Oca Giuliva.

Para allá que nos dirigimos un poco desconfiados, ¿en una zona tan turística un local de tanta calidad como nos decían? lo dudábamos y debo confesar que nos equivocamos de todas todas.

L' Oca Giuliva es un pequeño local con una pequeñísima terraza en la acera y una decoración ambientada en el cine, limpia y bonita. El servicio es bueno, sin ser exquisito y la mayoría del personal no habla español como es debido, pero esto no nos resultó un problema, al fin y al cabo estábamos allí por la comida.

La carta es amplía y hay de todo: pizza, pasta, pasta fresca, antipasti, carne, pescado (una cosa que me encantó fue que tenían una sección de recomendaciones fuera de carta y también había bastante variedad)...pero queríamos probar lo más tradicional añadiéndole un toque especial a su vez: De entrante lo tuvimos claro desde el principio: ¡la tabla de quesos!
De plato principal yo me decidí por un plato de pasta fresca rellena "plagia e fieno alla boscaiola" con espinacas, nata champiñones, guisantes, bacon y parmesano. Mientras mi pareja se decidió por los "fagottini formaggio e pere alle noci e gorgozona, que quiere decir pasta llena de queso y pera con nueces y gorgonzola.

La tabla de quesos fue lo primero en llegar y tengo que decir a boca llena que ha sido la mejor tabla de quesos que he probado en toda mi vida, enorme, bien variada (al menos 7 tipos de quesos variados y algunos deconocidos para mi), con miel, mermelada y salsa balsámica, nueces, uvas...una delicia.
Tuvimos que pedir otra cesta de pan y picos y os digo que para dos es demasiado, luego casi no pudimos terminarnos la pasta,,,pero ¡Ay, lo que disfrutamos! de diez.

Los principales también estuvieron exquisitos aunque ya nos costó mucho comerlos, mi pasta era fresca y se notaba, los sabores suaves, la mezcla me gustó mucho aunque como suele pasar el bacon le daba un matiz demasiado salado para mi gusto.
La pasta con pera por otro lado nunca ha sido santa de mi devoción pero debo decir que la salsa estaba exquisita.

Por supuesto tras nuestra primera experiencia al poco tiempo decidimos volver a l'oca giuliva y fue si cabe mejor experiencia que la primera, en esta ocasión decidimos probar las pizzas, que son las típicas italianas (no gordas y con 15 ingredientes como estamos acostumbrados), me gustan finas y sabrosas y pedimos una "tonno"con atún y pimientos asados que hizo las delicias de los comensales, aunque estaba un pelín aceitosa por el atún, pero todo no puede ser perfecto...aunque está cerca.

De precio obviamente por la zona, el tipo de restaurante y la comida artesanal no es barato, pero tampoco es caro. No sé si a vosotros os pasa lo mismo pero cuando comes comida de calidad, te sacias y has recibido un buen trato no te cuesta pagar aunque el precio sea elevado. Por pareja con vino la cena sale a unos 25€ por cabeza, que para la calidad del restaurante está más que bien. Un consejo es que si sois dos podéis abaratar la cena pidiendo un entrante y un plato para compartir ya que todo es enorme. ¡Id, insensatos, iiiid!

Valoración:



La flor de mi viña

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Con El Tapeador sigo descubriendo los bares y restaurantes que se encuentran en mi zona de actuación más próxima, esto es, el centro. Algún día tendré que superar la barrera de la muralla y lanzarme a conocer lo que hay más allá. ¿Sugerencias? Todas bienvenidas. 

En Semana Santa se me ocurrió la feliz idea de probar por primera vez La Flor de mi Viña en la calle José de Velilla (bar y restaurante en el nº 7 y 14 respectivamente). El bar estaba lleno así que entré en el restaurante. Cuando me senté pensé: mal momento para probar un restaurante nuevo. Pues me equivoqué totalmente. Y mi reflexión fue: si atienden así de bien en Semana Santa, ¿cómo será el resto del año? Debo decir que un trato muy bueno. 

Al traerte las bebidas en copa de balón te ponen también un plato de aceitunas muy bien aliñadas. Y aunque esto no es exclusivo cada vez en menos sitios te las ponen sin pedirlas. Yo soy muy fan de las aceitunas y éstas estaban riquísimas. 

Pensábamos tomarnos una tapa e irnos, pero nos atendieron tan bien y la comida estaba tan rica que nos quedamos a comer. Su carta no es muy extensa y tiene comida tradicional. De tapas frías: aliños, ensaladilla, huevas, anchoas...; también montaditos, revueltos, guisos como riñones al jerez, cola de toro, carrillada...; y fritos como tortillitas, chocos, rosada, croquetas, adobo... por separado o en fritura sevillana. 

Revuelto de bacalao. La flor de mi viña. El Tapeador. Almejas. La flor de mi viña. El Tapeador.
Pedimos un plato de almejas para comenzar. Estaban riquísimas, súper grandes, con tropezones de gambas y jamón y salsa con ajito para mojar mucho mucho pan. Entrante totalmente recomendable. 

Después un revuelto de bacalao que me sorprendió gratamente. Nosotros esperábamos un revuelto de bacalao estilo bacalhau dourado de Portugal y nos trajeron la maravilla que hay en el plato. ¡Un revuelto de patatas, huevo y  bacalao ahumado! ME ENCANTA. Me parece una idea genialísima. A mis amigos no les gustó tanto, pero la mezcla está muy buena, de verdad. Yo que no tomo apenas sal lo noté un poco salado, pero bien.

Pulpo a la gallega. La flor de mi viña. El Tapeador.
Después, un plato de pulpo a la gallega. Muy buena presentación, pulpo blandito, aceite muy rico y... pimentón picante. Arrrgggg! Esto fue lo peor. Pimentón demasiado picante. Esto hizo que el plato me lo comiera yo íntegramente :-)  porque el picante no es bien recibido entre mis amigos. Preguntamos si lo podían preparar también con pimentón dulce y nos dijeron que sí; así que ya sabéis para la próxima vez. Nosotros hemos tomado nota. Aún así, con el picante están geniales.


Pez espada a la plancha. La flor de mi viña. El Tapeador
Y ya por último un plato de pez espada a la plancha que te traen cortado en cachitos, con acompañamiento de patatas cocidas y cebolla. Estaba muy blandito y jugoso y a diferencia del revuelto, en su justo punto de sal.

Y si os gusta el guisoteo, todos los días tienen un plato del día.

Los camareros son muy profesionales y saben gestionar muy bien las bullas y los tiempos de espera, que en Sevilla es de agradecer que no te mientan cuando esperas una mesa. Un diez para el personal.

Los precios rondan la media de los bares de Sevilla. Las tapas 2'50-3'50€, las medias raciones entre 7-9€ y las raciones entre 10-14€. 

Como siempre que voy a algún sitio lo comento con mis amigos, éstos me han recomendado además las siguientes tapas: espinacas, atún nevado, carrillada ibérica, riñones al jerez y pimientos del piquillo.

Y tras esta descripción nuestra valoración no podía ser otra:

Cuna·2

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El Tapeador se adentra hoy un poquito en una de las calles más bonitas de Sevilla para mostraros el restaurante Cuna·2, situado -como bien su nombre indica- en la calle Cuna nº2.
Antes de comenzar, un poco de historia: el edificio en el que se encuentra este restaurante es excepcional y espectacular. Es una casa palacio construida por Aníbal González entre 1918-1920. En el proceso de transformación a restaurante, la cadena Baco respetó la estructura original del edificio, por lo tanto los suelos y los azulejos que actualmente se encuentran son los originales.
El 5 de diciembre de 2011 se inauguró este precioso restaurante en Sevilla dividido en tres plantas y una terraza. En la planta baja se encuentra la recepción y tres salas para tapas y raciones. En la planta primera y segunda se encuentra el salón del restaurante y salones privados a partir de ocho comensales. La terraza es independiente y está abierta al público para que todo el mundo pueda disfrutar de sus fantásticas vistas.
En este vídeo podéis ver el día de su inauguración.

Ensalada de láminas de bacalao. Cuna 2. El Tapeador Surtido ibérico. Cuna 2. El Tapeador. Éste es un restaurante que me encanta pero debido a sus precios no puedo ir tanto como me gustaría. Es el enclave perfecto para reuniones familiares, de fin de curso, reuniones de empresa.... La última vez que estuve fue con motivo de la celebración de fin de curso del taller de cine en el que he estado todo el año. Como hemos aprendido mucho y hemos sido muy buenos decidimos darnos un homenaje por todo lo alto. Y no encontramos mejor lugar que Cuna·2.

El menú que os voy a presentar lo habíamos contratado previamente. Eramos más de cincuenta personas y pagamos 35€ cada uno con las bebidas incluídas. Fue una cena estupenda y aún hoy no tengo palabras para describir los exquisitos sabores de algunos platos. ¡Comencemos!

Pavía de bacalao y tortillitas de camarones. Cuna 2. El Tapeador

Como entrante y por cada cuatro personas nos pusieron un surtido ibérico con jamón, caña de lomo y queso; una ensalada de láminas de bacalao con aguacate y vinagre de módena y una fritura compuesta por pavías de bacalao y tortillitas de camarones. No sabría decir qué fue lo que más me gustó. El surtido estaba espectacular;  la ensalada era una mezcla de sabores increíble en la que ninguno sobresalía más que otro y la fritura estaba en su punto justo tanto de rebozado como de fritura. Yo no soy muy amiga de las pavías -pero las de la cadena Baco me encantan- aunque sí muero por las tortillitas de camarones y más ricas imposibles.

Y cuando ya pensaba que no podría comer más porque no dejé ni un cachito de tomate en la bandeja llegó el plato estrella de la casa: el bacalao. Nos dieron a elegir entre bacalao al pil-pil, bacalao confitado y una carne que no recuerdo cuál era. Por recomendación de la casa elegí bacalao confitado y creo que fue la mejor elección de la noche. Dos lomos de bacalao confitado sobre lecho de salsa de tomate frito natural. Exquisito no, lo siguiente. Aún me estoy relamiendo de gusto. ¡Qué rico! Es el plato estrella del establecimiento y lo recomiendo encarecidamente. Estoy deseando volver a ir a Cuna·2 para pedirlo de nuevo.

Bacalao confitado. Cuna 2. El Tapeador.

Y aunque cuando El Tapeador sale de tapitas no suele tomar postre, esta vez para romper la tradición sí lo tomé. Tendría que haberme quedado recordando el sabor del bacalao. Nos dieron a elegir entre brownie de chocolate, sorbete de limón o fruta natural. Como soy super fan del chocolate, no me lo pensé dos veces ¡brownie! Mala elección. Era una combinación extraña caliente-fría entre brownie y coulant que no terminó de convencer a nadie. En cambio, todo el mundo decía que el sorbete estaba riquísimo.

Después de la cena subimos a tomarnos una copa a la terraza para disfrutar de las vistas y del buen tiempo sevillano. La terraza es súper bonita y está muy bien decorada al estilo árabe. El problema es el excesivo tiempo que tardan en atenderte y servirte, la poca variedad que tienen tanto en bebidas como en refrescos y que no tienen tirador de cerveza o botellines en la terraza. Creo que estos detalles desmerecen mucho a la terraza. Por mi parte, sí quiero ser una asidua del restaurante pero no así de la terraza. Las vistas merecen mucho la pena pero no el servicio.

Y antes de terminar, me gustaría hablar del servicio del restaurante. Tuvimos a cinco o seis camareros para nosotros solos, pendientes en todo momento de que no nos faltara comida ni bebida, aconsejándonos según nuestras preferencias y haciendo cambios en determinados acompañamientos para las personas con algún tipo de alergia o intolerancia. Un servicio de diez. Chapeau!

Comentando con algunos amigos las maravillas de este lugar me han recomendado también las croquetas de coco, langostinos y albahaca. No las  he probado pero volveré. Me queda una larga carta por experimentar.

Y por todo esto nuestra valoración es



Plaza Chica

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Cuando las redactoras de El Tapeador nos enteramos de que habían abierto un nuevo bar en La Alameda no dudamos en acercarnos a echar un vistazo y probar algunas de sus recomendaciones.
El local en cuestión se encuentra al final de dicha plaza, pegado al Cine Alameda, y lo han bautizado con el nombre de Plaza Chica.

Sobre la carta os diremos que es variada, con un poco de todo, y aunque no es cocina fusión ni se han comido mucho la cabeza para hacer la selección en El Tapeador siempre hemos preferido comida de siempre, pero bien preparada.

Entre las tapas que probamos se encontraban las típicas croquetas de puchero, solomillo en salsa cabrales, ensaladilla, chipirones a la plancha, bacalao a la cazuela con langostinos y algún que otro montadito. Ya veis que elegimos un poco de todo, tapitas tradicionales.
Plaza Chica El Tapeador

Empecemos con la ensaladilla; te la sirven en un plato/cuenco y es una cantidad bien despachada, no tiene demasiada mayonesa cosa que agradecí enormemente y aunque no es una delicia está bastante bien. 
Las croquetas me dejaron un poco indiferente, te las sirven en un vaso de vino, 4 en una tapa, con patatas chips (esto no me gusta)...no sé hasta que punto son caseras, como digo de sabor me resultaron algo insípidas, sin chicha ni limoná.
Plaza Chica El Tapeador

Los chipirones fueron un acierto, esta es una tapa que me encanta, pero es delicada. En este caso estaban muy bien cocinados, ni duros ni demasiado blandos y sin ningún desperdicio. Esta tapa la sirvieron con un poco de ensalada, algo sosa.

El solomillo al cabrales fue una de las satisfacciones de la noche. La tapa (de muy buen tamaño) viene con patatas fritas cortadas en dados y una salsa de cabrales por encima que me pareció deliciosa, no estaba aceitoso y la carne era de buena calidad.
El bacalao por su parte nos decepcionó un poquitín, y es que se veía de buena calidad pero se les quedó pegado en la cazuela de barro, obviamente el quemado hizo que se perdieran los sabores y la tapa no fue gran cosa, a pesar de que fue la más cara (3,50€).
Plaza Chica El Tapeador

Y por último decidimos probar un montaíto Piripi, con queso, tomate, bacon y lomo. La sorpresa es que también los sirvieron con papas fritas en dados, el montao era grande, el pan no estaba duro ni chicloso y los ingredientes buenísimos. En mi opinión mejoraría el queso, que era de lonchas como tranchetes. Cuando vi el queso pensé que el sabor no sería prometedor, pero me equivocaba. El piripi fue una de las mejores elecciones de la noche, estaba para chuparse los dedos.

La terraza en plena Alameda es agradable y el bar por dentro también, aunque tienen el Aire acondicionado a toda pastilla, pienso que lo suyo es disfrutar de la terraza. Tienen caracoles propios de la época, que por supuesto habrá que ir a probar.

El Plaza Chica no se va a convertir en uno de mis bares de cabecera, pero para ir de vez en cuando y si sabes que pedir es una opción más que válida.

Valoración:


Especial El Tapeador: caracoles

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Si hay algo por lo que a los sevillanos nos encanta la primavera no es por la Semana Santa, la Feria, porque los días son más largos o el tiempo mejora... ¡no! ¡Es porque se puede empezar a comer caracoles!

El Tapeador, fiel a su estilo de salir a tapear, ha probado algunos de los bares más típicos y famosos en el arte del caracoleo y aquí tenéis el ranking de resultados que se irá actualizando según avancemos en la ruta del caracol.

1) Bar Zurbarán, situado en la Plaza de Zurbarán (Pasaje de los Azahares/ calle José Gestoso). Aunque ha sido el último en aparecer se ha colocado rápidamente en el primer lugar. Los culpables han sido sus caracoles picantitos y su rico caldito lleno de tropezones. Si aún no habéis ido no os lo podéis perder.

2) Bar Umbrete, situado en la Plaza del Pumarejo. Aquí tenemos dos especialidades a destacar: los caracoles y las cabrillas. Los caracoles están súper ricos también; normalmente en su punto justo de picantes. Aunque lo que merece la pena de este bar son las cabrillas; así gorditas, con su salsa de tomate con tropezones de jamón y cachitos de pan para mojar en la salsa.

3) Bodega Norte Andaluza, situada en la Alameda de Hércules. ¿Quién imaginaría que en este bar hubiera unos caracoles tan ricos? Pues sí, picantitos y bastante colmada la tapa. Aunque para ponerle un "pero" creo que los caracoles eran un poco pequeños.

4) Café bar Mega, situado en la calle Macasta. Sí queridos amigos, el Mega también hace unos muy ricos caracoles en su punto justo de picantes y, como es siempre habitual en ellos, en grandes cantidades.

5) Bar Rodríguez, situado en la Plaza de San Antonio/ calle San Vicente. Durante muchos años ha sido nuestro bar preferido para caracolear, pero este año ha bajado en el ranking de caracoles. La verdad es que no estaban muy bien conseguidos y las medias raciones, comparadas con los otros bares que os hemos presentado, son un poco escasas.

Come caracoles. El Tapeador.

Bar El Cordobés-La Mezquita

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Hoy en El Tapeador nos trasladamos hasta la sevillana plaza de Santa María la Blanca, plaza conocida por muchos y zona de bueno bares. Os vamos a comentar lo que nos pareció uno de los más señeros y tradicionales: el bar La Mezquita.

El bar El Cordobés o La Mezquita se especializa en flamenquines caseros, de los típicos de Córdoba, claro está.
Nosotros para empezar abrimos boca con otro plato típico de la zona, el Salmorejo, que estaba riquísimo y no le faltaba un perejil, aunque a mi siempre me sobra esa cucharada de aceite que le echan por encima en casi todas partes, pero es que soy muy mijitosa.

Un consejito que os doy es que preguntéis por las especialidades del día, que están fuera de carta. Ese día tenían chuletitas de pavo y chipirones rellenos, y los dos platos me llamaron muchísimo la atención así que pedí una tapa de cada uno.

Las chuletitas estaban simplemente exquisitas, venían con buenas patatas cortadas en rodajas, guisadas con su salsa y su verdurita, las chuletas eran dos finitas pero muy muy ricas.
Los chipirones estaban rellenos e igualmente guisados, servidora es muy fan de los chipirones en todas sus vertientes y siendo sinceros, es una tapa bien difícil de encontrar fuera de la especialidad "a la plancha". Tampoco me decepcionaron, suaves pero en su punto y sin ningún desperdicio.

Sobre los flamenquines diré que son enormes y también venían acompañados de las mismas patatas guisadas, la tapa es un poco más elevada de precio que las demás, pero si sois amantes de este plato no dejéis de probarlo en La Mezquita, porque merece la pena.

Para terminar probamos con la pavía de bacalao, fresca y bien frita, y sobretodo nada aceitosa, que es lo que importa en este plato. Otra muy buena elección. Los precios son muy económicos para como se está cotizando ahora esa zona, así que nos salió muy barato, con café y postre incluido.

El único punto negativo es que pedimos un trozo de tarta de chocolate de postre y no nos gustó demasiado, estaba demasiado fría y demasiado seca, mejor darse un paseo después y buscar una heladería o confitería.

Como veis casi hicimos pleno, toda la comida la bañamos con Cruzcampo bien fría, aunque hacía fresco estuvimos en la terraza, en la que a medio día da el sol y es muy agradable, el servicio fue atento y aunque en un principio no tenía muchas expectativas en este local está claro que me equivocaba de todas todas, y me quedan pendiente por probar sus boquerones en vinagre y su solomillo al whisky, del que me han hablado maravillas. Desde entonces lo recomiendo a todo el que me pregunta donde comer por la zona.

Valoración:


El Rinconcillo

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El Rinconcillo es el bar más antiguo de la ciudad, y esto señores, no es poco. Su fama le precede desde tiempos inmemoriales y El Tapeador no podía ser menos e ir a probarlo para contaros.

Ir al Rinconcillo merece la pena solamente por el local, en el que se respira tradición de la buena, decorado con azulejos típicos sevillanos, carteles taurinos y sobretodo de Semana Santa no deja indiferente a nadie, el local se divide en tres zonas, la entrada donde podemos ver unos grandes barriles a modo de mesas, a la izquierda otra zona con barra y balcones a la calle, y en el lado opuesto un salón con mesas de madera bajas. Tiene otro salón arriba, que no conozco pero en el que se celebran celebraciones de todo tipo.

Nosotros optamos por los barriles, y fue grato darnos cuenta de que atendían los camareros también en ellos aunque estuviéramos de pie (no hay bancos, y eso no mola).

Del Rinconcillo me habían dicho muchas cosas, entre otras que era caro y que probara las espinacas y el bacalao. Pues bien, casi todo erróneo. Vamos por partes: lo primero que diré es que este local es más que económico, casi todas las tapas tienen un precio de 2€ y algunas hasta 1,90€, lo cual ya es difícil de ver en Sevilla.

Sobre las espinacas, una tapa que me suele encantar la verdad es que no me convencieron en absoluto, estaban demasiado fuertes (pero mucho, mucho) y se me estuvieron repitiendo hasta que me acosté.

La ensaladilla (de atún) estaba buena, diferente a las que suelen poner en el  resto de bares, tenía demasiada mayonesa, pero muy buena, aunque quizás la esperaba algo más tradicional.

En cuanto a la pavía de bacalao, exquisita. Bien frita, el rebozado estupendo y el bacalao tierno y fresco, la mejor tapa de las que probamos.

El Rinconcillo no apuesta por las novedades ni la cocina de autor, aquí hay de lo de siempre, bien servido, buen tamaño, muy buenos precios y sin novedades.
Lo que te ponen aunque sea tradicional es de calidad, de destacar como comentaba sus platos de bacalao, en especial la pavía, aunque también había por ejemplo bacalao con tomate, muy fresco.

No probé nada más de la amplia variedad que ofrecen, pero sin duda volveré pronto para hacerlo. Me gustó lo atento que fue el servicio, los platos y servilletas con su logotipo y el cartel de Casa fundada en 1670 o el de Prohibido el Cante.
No dejéis de venir, es una parada obligatoria para todo Sevillano que se precie.

Valoración:


Si estáis interesados en saber más echad un ojo a su web, que es muy completa y tiene un poco de todo.


La Venencia

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Antes de conocer otras zonas de Sevilla es importante conocer bien el propio barrio y eso es lo que El Tapeador ha hecho: continuar de excursión por la zona del Museo-Plaza de Armas para acercarse a La Venencia, bar situado en la calle Julio César nº 10, al ladito de otro bar que ya reseñamos hace tiempo, El Bokao

La Venencia Sevilla

No recuerdo en qué año La Venencia llegó al barrio, pero ahí sigue, sirviendo desayunos, almuerzos y cenas y congregando a un público cada vez más fiel. Recuerdo haber ido con mis padres hace mucho tiempo. No recuerdo si me gustó mucho o poco, la verdad, pero esta última vez sí que lo he disfrutado bastante. 
Lo típico antes de ir a un local es preguntar entre tus conocidos cuál es la especialidad de la casa. Nadie dudó en decirme que era el paté de pato, así que ni lo dudamos a la hora de comenzar a pedir. Después de mi incursión me enteré de que también tienen una variedad de tostas increíbles y de ingredientes variados y "extraños" de mezclar. Me he quedado con las ganas así que tendré que volver para las tostas. 
Paté de pato- La Venencia Sevilla

El paté de pato con mermelada de arándanos está espectacular. Lo sirven en un plato hondo cubierto de mermelada y encima el paté y lo acompañan con mini biscottes crujientes. Me encanta el paté y éste merece mucho la pena. Si vais, tenéis que pedirlo. Es parada obligatoria. A mi no me gustan mucho las mezclas de dulce-salado, la verdad, soy más de salado pero esta mermelada no está especialmente dulce así que se complementan genial los sabores. El precio creo que ronda los 7€. 

Langostinos con bacon- La Venencia Sevilla
Otro plato que pedimos fue langostinos con bacon. Creo que es uno de mis platos favoritos. No sé de quién fue la idea de unir estos dos ingredientes, pero dio en el clavo. Sin embargo, a la hora de crear los dátiles con bacon se equivocaron completamente.... Es un plato enorme, comimos varias unidades cada uno y lo mejor de todo es que los langostinos son bastante grandes y tienen mucho bacon alrededor. Lo que menos me gustó fue la salsa que le pusieron, una especie de mayonesa suave, que enmascara un poco los dos sabores principales. 

Solomillo al cabrales -La Venencia Sevilla.
El tercer plato fue el solomillo al cabrales. Cuatro filetes bastante grandes con una crema de cabrales muy suave no demasiado salada y con queso rallado por encima. 
El acompañamiento de patatas -de bolsa- está muy bien para poder rebañar la salsa sobrante. 

Calamares a la romana- La Venencia Sevilla. Por último pedimos un plato de calamares a la romana que estaban muy tiernos y con un rebozado en su punto. Esto es importante de reseñar porque hay lugares en los que el rebozado ocupa más que el propio calamar y al final lo que comes es rebozado. Este fue el plato que menos nos gustó porque la cantidad era muy justa y los pusieron casi fríos.Y bueno, tampoco es un plato muy elaborado. Ricos y tiernos pero completamente prescindibles. 

Platos que quiero probar en mi siguiente incursión: una tosta de solomillo con queso brie y cebolla caramelizada y la de atún con cerezas (ñam ñam). Me llamó mucho la atención el montadito de pollo al curry y me han comentado que están bastante buenas las berenjenas gratinadas y los huevos rotos con jamón. Eso sí, el paté lo pediré siempre. Es un must del local. 
Tienen también algunos postres caseros, aunque no demasiados: flan de queso, tocino de cielo y helado. 

La Venencia es un local mediano con una decoración coqueta en madera que tiene seis mesas dentro y otras tantas fuera. Normalmente no suele haber mucho problema para coger sitio a no ser que sean fechas especiales. Podría decir que he visto más gente entre semana que en fines de semana. 

Me gustó mucho la efectividad del servicio. Sólo había una camarera que servía tanto la barra como las mesas ocupadas -unas seis entre dentro y fuera- y lo hizo de manera impecable y trayendo los platos en el tiempo justo, sin esperas innecesarias y sin atropellarse los platos en la mesa. ¿Una pega? Fuimos la única mesa del local al que no le pusieron mantel. Aunque al principio no nos dimos cuenta sí al final y nos pareció un detalle un poco feo. 

Los precios de las tapas rondan entre 2'50-3€; los platos entre 7-9€; las tostas entre 7'90-8'90€; los montaditos alrededor de 2€ y los ibéricos entre 2'50-12€ y el surtido a 16€. 
Si bien no es lugar especialmente barato la calidad y cantidad de los platos no te decepcionarán. 

Tienen menú del día por 7'90€ y cierran los sábados y domingos al mediodía. Juraría haberlo visto abierto también en estos momentos, pero es lo que pone en la carta. Cuando vuelva me fijaré mejor en ese detalle.

Por todo esto nuestra valoración es: 


La Gitana Loca

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La Gitana Loca El Tapeador
La Gitana Loca es uno de los nuevos locales lowcost de la ciudad. Ubicada en una situación inmejorable, la Plaza de la Pescadería, ofrece tapas y cerveza a unos precios irrisorios.

La Gitana posee un local grande, con mesas bajas y altas y una terraza en la plaza con 5 o 6 mesas para disfrutar del buen tiempo que caracteriza a nuestra ciudad. La caña de Estrella del Sur está a 0,50€ lo que garantiza buena clientela al local. Las tapas se cotizan entre 1€ y 2€ y ofrecen una buena variedad de cocina típica de nuestra tierra.
La Gitana Loca El Tapeador

Problemas e inconvenientes de la Gitana Loca: el sistema de comandas es al estilo fast food, algo que se está poniendo de moda y no nos convence nada; pides en caja, pagas y te dan tu ticket que posteriormente das en barra y te sirven.
Es cierto que todo está muy barato, pero la calidad y sobretodo la cantidad dejan bastante que desear, preferiría pagar algo más pero que me sirvieran una tapa más decente y no tan ridícula.

Que recojan las mesas de fuera tampoco viene siendo algo demasiado común, y por supuesto te cobran altramuces, aceitunas o cualquier tipo de aperitivos (hasta frutos secos), y no hablemos de la cestita de los cubiertos, con un tenedor y 4 picos contados.
La Gitana Loca El Tapeador
¿Y qué tal la comida? Mi primer consejo: si vas a La Gitana yo evitaría comer, igual que lo evito en la Plaza del Salvador. Es un sitio para beber, pero si quieres esponjar o tienes mucha hambre puedes optar por un montadito, tienen buen tamaño aunque el pan está relleno a la mitad (con el coraje que da eso), otra opción es la ensaladilla (la sirven con una cuchara de helados) que de sabor está bien, papas bravas, salmorejo, (mini) trocito de tortilla o nachos también son opciones válidas. De todo lo que he probado en este local me quedo con el muslo de pollo en salsa, que al menos tenía más que comer y estaba sabroso. Todo es precalentado, vuelvo a repetir que no es un sitio donde buscar calidad, lo que hay es lo que hay, no esperes más.

Resumiendo, ¿Qué pienso de La Gitana Loca? Es la Ryanair de los bares de tapas, mala calidad pero muy barato, e igual que uso mucho Ryanair también paso muy a menudo por La Gitana, eso sí, a beber cerveza, tomarme un cubatilla rápido (3,5€) o picar cualquier cosilla antes de almorzar o cenar en condiciones, para otra cosa no sirve.

Obviamente y aunque la cerveza esté fresquita no tengo más remedio que valorar muy por lo bajo a este local.

Valoración

La Gitana Loca El Tapeador

Como anotación añadiré que la gitana tiene varios locales y yo sólo he estado en el de la Alfalfa. Además tienen una tienda donde venden pinturas, joyas y accesorios y son muy, muy bonitos. Aquí podéis echar un vistazo a su web.

La Pepona

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La Pepona El Tapeador
Recuerdo que de repente un día cambiaron de nuevo el bar de la Calle Javier Lasso de la Vega, era un bar que llevaba meses cambiando, no funcionaba a pesar de la buena zona, también abrieron La Clueca delante y San Andrés está a un paso, pero algo fallaba. Decidí darle una oportunidad al nuevo bar llamado La Pepona, ya que estaba lleno y desde fuera todo tenía muy buena pinta.
La Pepona El Tapeador

Tuvimos que esperar un buen ratillo para coger mesa y mientras nos tomamos una cerveza bien fresquita y servida en copa grande en la barra, que me resultó bastante incómoda, básicamente porque estaba muy lleno. Finalmente nos sentamos en una de sus mesitas de madera, están muy cercas una de otras y me resultó un poco incómodo no poder dejar el bolso en ningún lado, había mucho ruido pero sobretodo había mucha hambre, así que no nos importó demasiado.

Para ir abriendo boca nos pedimos unas croquetas de puchero y alioli a la hierbabuena y los camareros, que resultaron ser muy amables nos recomendaron su tapa estrella, sardinas maceradas sobre tosta de sésamo y compota de tomate semiseco. Sobre las croquetas diré sin miedo a equivocarme que son las mejores croquetas que he probado en años, y creedme, eso es mucho. Las sardinas también exquisitas, una tapa original con unos sabores muy especiales, suave y a la vez intensos, te tiene que gustar mucho el pescado, deliciosas.
La Pepona El Tapeador

Las tapas no son excesivamente grandes y éramos dos así que seguimos probando, decidimos que los Canelones de carrillada ibérica con bechamel de boletus serían una buena opción, y acertamos. No fue mi tapa preferida de la noche, ya que la carrillada me resultó un pelín fuerte, pero si te gusta la buena carne te gustará. Queríamos una tapa más grandecita que nos saciara más y optamos por la apuesta segura de huevos con chorizo, que nos presentaron en una pequeña cazuela, literalmente para mojar pan.
La última opción fue la tapa de chipirón encebollao, rico aunque de todos los platos fue el que menos me sorprendió.
Las presentaciones de los platos fue muy cuidada, como viene siendo habitual en los nuevos locales más trendy de la ciudad.

Si eres amante del vino en este bar vas a disfrutar, ya que tienes más de 40 variedades diferentes para maridar tus tapas, si no sabes mucho déjate recomendar por el encargado, que te atenderá con gusto.
La Pepona El Tapeador

Lo que vende la pepona son tapas de siempre con un toque más original y elaborado, con los mejores ingredientes, vamos, una calidad excelente en todos sus productos, y se nota muchísimo.
Sobre el precio de las tapas, varía entre 2,5€ y 4,5€, más que aceptable para lo que estás comiendo, aunque las tapas no son excesivamente grandes como digo la calidad y los sabores son exquisitos.
La Pepona El Tapeador

Aparte de lo que pedimos, y aunque tenía todo una pinta estupenda me quedé con las ganas de probar  la merluza, la ensalada tibia de pollo al curry, la tabla de quesos, o el ajoblanco, así que sin duda volveré a probar más buena comida en breve, este local engancha.

Como pequeña nota os diré que La Pepona ha conseguido situarse en su corta vida en el puesto número 8 en la web Tripadvisor, ni más ni menos de entre casi 1400 locales sevillanos, en tan poco tiempo esto dice mucho de este estupendo bar.

Durante la última semana de cada mes La Pepona hace unas jornadas dedicadas a un producto, plato o región, ofreciendo diferentes tapas, todas ellas al precio único de 2,5 euros. ¡Nos encantan estas cosas!

Valoración
La Pepona El Tapeador

 
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