La Traviesa

Ultimamente hemos estado demasiado benevolentes en este blog, y es que a todos nos gusta más hablar de lo que nos encanta que de lo que detestamos. Pues bien, la experiencia que redactaré a continuación fue un ejemplo de mala comida, mal servicio y malos precios, vamos, una muy mala experiencia que me veo obliga a contar.

La Traviesa es un bar que se encuentra en la esquina de la Calle Regina, al ladito de las Setas (Metropol Parasol), tiene unas mesitas muy agradables fuera y unos grandes toldos negros que anuncian Estrella Galicia.
El sitio es guay, vende también ropa y es todo muy chic, la zona de la barra está en penumbra pero la zona exterior es todo lo contrario. Hasta ahí bien, todo muy agradable. La cosa cambiará radicalmente cuando leas la carta, los precios y cuando te sirvan la comida (que será tras un buen rato de espera).

En esta ocasión fuimos a cenar cuatro o cinco personas, la pura verdad es que entramos aquí porque todo estaba lleno y llovía a mares. Decidimos pedir varias raciones para compartir y este fue el resultado:
La foto que os muestro (arriba) es la ración de ensaladilla, con la que no nos daba ni para un bocado cada uno, de sabor aceptable, nada del otro mundo.

Otra de las raciones que pedimos era de croquetas, éstas estaban buenas pero nos pasó tres cuartos de lo mismo. La guinda al pastel de esta terrible noche la puso la ración de rosbif (roast beef) que nos sirvieron completamente crudo y no como se supone algo dorado y menos hecho por el centro...crudo, crudo, crudo. Cuando le digo a la chica que lo haga un poco más se va, a los diez minutos vuelve y me dice que el horno está estropeado (¡amiga! por eso lo trajeron crudo desde el principio) y que me lo hace a la plancha...por lo que pagué una suma de dinero más que considerable por unos filetes de lomo a la plancha. De vergüenza.
Total que tras 10 o 12 euros por persona y tres raciones seguíamos muertos de hambre, finalmente decidimos pedir una ración de huevos fritos con patatas y jamón, algo que no puede fallar y lo cierto es que acabamos pidiendo dos porque estaban buenos (creo recordar que a 5€ el plato).

Cuando salí de allí no daba crédito, ni a la cena, ni a lo que me había gastado, ni al servicio, ni a nada de nada.

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