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Bar El Chico

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Hace un par de semanas descubrí el bar de barrio El Chico, situado en calle Llerena, en el barrio de Pio XII. Es un bar sin pretensiones, de los de toda la vida, pero que merece la pena por unas cuantas cosillas que me dispongo a contaros en este post.

Lo primero es la estupenda y muy agradable terraza con la que cuenta. Es de esos bares típicos y antiguos en los que ni te planteas comer dentro, el comedor no es pequeño, pero si muy ruidoso y de esos que no ha cambiado desde los años 80, el bar pide a gritos usar la terraza.
Está situado en una buena plaza de albero con árboles y debe tener más de 20 mesas, es un sitio de reunión familiar e ideal para ir con niños, además la zona está llena de bares y bastante frecuentada.

El chico tiene una carta variada, con tapas frias, calientes, mucho pescado (frito, plancha y guisado) y algunas especialidades como la tarta vegetal, el pollo bechamel o el "pelotazo" que es como un super serranito con tortilla y todo.

Disfrutar de un sábado o domingo a medio día del buen tiempo sevillano en el bar El Chico puede ser una opción más que recomendable. Las tapas son corrientes, en el sentido que no hay ni cocina fusión, ni cocina creativa, ni nada por el estilo, no esperéis cosas raras y/o innovadoras.
el tapeador bar el chico sevilla

¿Qué se puede pedir en El Chico? lo primero: cerveza Cruzcampo bien fría servida en jarrita de barro. A partir de ahí lo que queráis, a mi me encanta empezar con algo fresco como el cocktail de marisco (tapa que me encanta y que siempre defenderé aunque pasara de moza en los ochenta), salpicón de marisco, papas alias, ensaladilla o tarta vegetal, en especial esta última es una de las especialidades y nunca he probado una tarta vegetal mejor, se nota que es casera y que lleva poco tiempo hecha (esto es muy importante), ya que no está arrugada, ni pasada ni hecha una plasta. Tomatito, atún, jamón york, mayonesa, lechuga,,,riquísima.

Si sois de los que tenéis buen saque podéis optar por "el pelotazo" que es el superserranito que os comentaba antes o el super flamenquín que ya sabéis de sobra lo que es.


Si queréis probar más cosas o no os convencen las opciones anteriores yo optaría por la pechuga de pollo bechamel (de las mejores que he probado en mi vida), me encanta la sensación de estar comiendo algo que ha hecho la cocinera y que sé que no se ha comprado en el local de congelados de la esquina.
Como la bechamel es buena y las tapas son caseras también son buena opciones las croquetas (de roquefort, gambas y espinacas, jamón o pollo), algo de pescado frito (chicos, adobos, boquerones), los chipirones plancha o la tapa de carrillada. De precio estupendo, mismos precios que en otras zonas (2,50-3€ la tapa) pero las tapas son bien grandes.

Hasta ahí todo bien, he leído comentarios de gente descontenta con el servicio, y sobre este tema quiero dar mi opinión personal sobre una cosa en particular que vi la última vez que fui y que me hace pensar en que quizás no vuelva. El tema es que un gracioso, entiendo que uno de los camareros, puso en la carta este comentario: "Necesitamos camareros y si es camarera que esté muy buena". Lo que me parece además de machista y maleducado una falta total de respeto hacía las mujeres, estaba escrito en rotulador y en cuanto lo vi lo borré con una servilleta.

Por lo demás cuando yo he ido el trato sin ser especial ha sido correcto y no he tenido ningún problema con el servicio, me han atendido bien y a tiempo, pero lo de la carta me tocó mucho las narices y nada más que por eso mi valoración va a bajar considerablemente. Y además no tienen postres.

Valoración:




Casa Salva

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El Tapeador sigue dando vueltas por el barrio y hoy llega a Casa Salva, situada en la calle Pedro del Toro. Casa Salva y una servidora llegamos al barrio casi a la vez pero a pesar de eso no lo he frecuentado mucho. Últimamente le he cogido mucho gusto y voy muy a menudo. Es un lugar que me encanta y estoy intentando recuperar el tiempo perdido.  Y es que mola encontrar un sitio en el que te sientes como en casa, no sólo por la comida sino por el trato recibido. 

Después de verano han reformado el local y lo han dejado súper bonito y muy original. Destacar que el techo está decorado con hueveras de cartón pintadas de colores, han puesto una barra de obra y dividido el salón en dos más pequeños. 

Pizarra de Casa Salva. El Tapeador. Su filosofía ha sido siempre la de abrir al mediodía para servir menús del día pero ahora han ampliado el horario. Sirven desayunos y abren para cenas los viernes, sábados y víspera de festivos. Y además de menú se puede pedir a la carta. ¡Todo son ventajas! 

Es un restaurante frecuentado por los trabajadores de las oficinas cercanas, por lo que a la hora de comer suele estar lleno, aún así las dos camareras que hay te atienden con mucha celeridad y una eterna sonrisa en la boca preocupándose de que no te falte nada y tu comida llegue en el tiempo justo.

El menú del día vale 10€ y está compuesto por dos platos, pan, bebida y postre a elegir entre tres.  La carta no es muy amplia pero suficiente. Para picar hay jamón, queso, carne mechada, panes de la casa... También tienen guisos como mero a la roteña, cola de toro, pollo a la mostaza, manitas de cerdo o menudo con garbanzos. ¡Qué buen invierno voy a echar allí! 
Sus especialidades son el paté casero al Pedro Ximénez, el surtido de croquetas o las patatas rotas.  Y tienen también varios tipos de carne y pescado. 
No todo va a ser salado, tienen unas tartas caseras que "quitan el sentío" como la de tres chocolates, dulce de leche o de naranja y también tocino de cielo.

Normalmente pido menú pero hay veces (pocas, muy pocas no nos vamos a engañar) que estoy desganada. La última vez fue una de ellas y sólo pedimos para compartir un surtido de croquetas de pollo y jamón y un revuelto de bacalao dorado. Las croquetas estaban muy suaves y tenían tropezones grandes. Sin ser muy fan del pollo reconozco que estaban más buenas que las de jamón. Y respecto al bacalao dorado, rico, pero sin ser el mejor que he probado en mi vida. Reconozco que con este plato soy demasiado exigente. 

Tarta de naranja. Casa Salva. El Tapeador. Cuando voy de menú lo que más me gusta de primer plato es el revuelto de puerro con calabacín y las espinacas con garbanzos. Y de segundo, destacar el pollo a la mostaza (suave), la carrillada y la urta a la roteña. Y de postre las tartas más ricas son la de naranja -que parece que le estás dando un 'bocao' al árbol, la de galletas de toda la vida y la de chocolate y canela. 
Cuando terminas de comer te ofrecen un chupito de licor de hierbas o vodka caramelizado. 

Los precios oscilan entre 4-8€ los revueltos, los guisos alrededor de 5€ y los pescados alrededor de 9€. Tienen también vino por botella o copa. 

Ya he hablado del servicio, pero quiero hacer hincapié en la simpatía y profesionalidad de las camareras siempre pendientes de todos los detalles. Volveré, claro que sí. Me quedan muchos guisos por probar este invierno. 

Y por todo lo que os he contado nuestra valoración es: 


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Inauguración de la empanadería Antonia Butrón.

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El pasado viernes 5 de septiembre a las 20.00 tuvimos la suerte de acompañar a Antonia Butrón en la inauguración de su nueva empanadería en Sevilla, en la calle Virgen de Luján nº 12.  Por motivos laborales hacía mucho tiempo que no íbamos a ningún "sarao" gastronómico y la verdad es que ya los echábamos de menos.

Inauguración empanadería Antonia Butrón. El Tapeador Sevilla

A las 20.00 en punto el equipo de Antonia Butrón abrió las puertas de su establecimiento y antes de mostrarlo a los invitados se reunió todo el equipo para felicitarse por el buen trabajo y dar las gracias por todas las ayudas recibidas. Poco después dieron las gracias a todos los asistentes y comenzó la degustación de empanadas. 

Supongo que os estaréis preguntando qué es una empanadería, pues como su nombre indica, un lugar en el que se venden empanadas. Pero Antonia Butrón es mucho más que eso. A su especialidad se le añaden quince tipos de pan y bizcochos y tartas artesanas. Todo un gusto para los sentidos, en especial el gusto; aunque también la vista porque el local está decorado monísimo. 


Increíble, realmente increíble el surtido y variedad de empanadas que allí había. Tantísimas que no sabíamos por dónde empezar. ¿Y qué es lo más útil? Pues empezar en orden. La primera era una despanada de bacon, tomate y champiñones. ¿Despanada? Sí, una empanada pero sin parte de arriba. Como una pizza pero con masa de hojaldre. Muy rica. Sigamos probando... de pringá (todo un must), de carne, de espinacas y queso... ya no puedo probar más así que me rindo. Me aconsejan la especialidad de la casa: la de queso, jamón york y dátiles pero los dátiles no nos gustan mucho así que si la probáis, ¿nos contáis? 

Fue un evento muy bonito y entrañable, no sólo en el apartado gastronómico sino también en el plano personal. La encargada de comunicación, Regli, es un encanto. Nos explicó el proceso de fabricación de las empanadas, la historia de Antonia Butrón, cómo eligen los mejores ingredientes... y estuvo pendiente de nosotras todo el tiempo. 

Un evento de diez o como decimos nosotras...



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La flor de mi viña

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Con El Tapeador sigo descubriendo los bares y restaurantes que se encuentran en mi zona de actuación más próxima, esto es, el centro. Algún día tendré que superar la barrera de la muralla y lanzarme a conocer lo que hay más allá. ¿Sugerencias? Todas bienvenidas. 

En Semana Santa se me ocurrió la feliz idea de probar por primera vez La Flor de mi Viña en la calle José de Velilla (bar y restaurante en el nº 7 y 14 respectivamente). El bar estaba lleno así que entré en el restaurante. Cuando me senté pensé: mal momento para probar un restaurante nuevo. Pues me equivoqué totalmente. Y mi reflexión fue: si atienden así de bien en Semana Santa, ¿cómo será el resto del año? Debo decir que un trato muy bueno. 

Al traerte las bebidas en copa de balón te ponen también un plato de aceitunas muy bien aliñadas. Y aunque esto no es exclusivo cada vez en menos sitios te las ponen sin pedirlas. Yo soy muy fan de las aceitunas y éstas estaban riquísimas. 

Pensábamos tomarnos una tapa e irnos, pero nos atendieron tan bien y la comida estaba tan rica que nos quedamos a comer. Su carta no es muy extensa y tiene comida tradicional. De tapas frías: aliños, ensaladilla, huevas, anchoas...; también montaditos, revueltos, guisos como riñones al jerez, cola de toro, carrillada...; y fritos como tortillitas, chocos, rosada, croquetas, adobo... por separado o en fritura sevillana. 

Revuelto de bacalao. La flor de mi viña. El Tapeador. Almejas. La flor de mi viña. El Tapeador.
Pedimos un plato de almejas para comenzar. Estaban riquísimas, súper grandes, con tropezones de gambas y jamón y salsa con ajito para mojar mucho mucho pan. Entrante totalmente recomendable. 

Después un revuelto de bacalao que me sorprendió gratamente. Nosotros esperábamos un revuelto de bacalao estilo bacalhau dourado de Portugal y nos trajeron la maravilla que hay en el plato. ¡Un revuelto de patatas, huevo y  bacalao ahumado! ME ENCANTA. Me parece una idea genialísima. A mis amigos no les gustó tanto, pero la mezcla está muy buena, de verdad. Yo que no tomo apenas sal lo noté un poco salado, pero bien.

Pulpo a la gallega. La flor de mi viña. El Tapeador.
Después, un plato de pulpo a la gallega. Muy buena presentación, pulpo blandito, aceite muy rico y... pimentón picante. Arrrgggg! Esto fue lo peor. Pimentón demasiado picante. Esto hizo que el plato me lo comiera yo íntegramente :-)  porque el picante no es bien recibido entre mis amigos. Preguntamos si lo podían preparar también con pimentón dulce y nos dijeron que sí; así que ya sabéis para la próxima vez. Nosotros hemos tomado nota. Aún así, con el picante están geniales.


Pez espada a la plancha. La flor de mi viña. El Tapeador
Y ya por último un plato de pez espada a la plancha que te traen cortado en cachitos, con acompañamiento de patatas cocidas y cebolla. Estaba muy blandito y jugoso y a diferencia del revuelto, en su justo punto de sal.

Y si os gusta el guisoteo, todos los días tienen un plato del día.

Los camareros son muy profesionales y saben gestionar muy bien las bullas y los tiempos de espera, que en Sevilla es de agradecer que no te mientan cuando esperas una mesa. Un diez para el personal.

Los precios rondan la media de los bares de Sevilla. Las tapas 2'50-3'50€, las medias raciones entre 7-9€ y las raciones entre 10-14€. 

Como siempre que voy a algún sitio lo comento con mis amigos, éstos me han recomendado además las siguientes tapas: espinacas, atún nevado, carrillada ibérica, riñones al jerez y pimientos del piquillo.

Y tras esta descripción nuestra valoración no podía ser otra:

El Rinconcillo

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El Rinconcillo es el bar más antiguo de la ciudad, y esto señores, no es poco. Su fama le precede desde tiempos inmemoriales y El Tapeador no podía ser menos e ir a probarlo para contaros.

Ir al Rinconcillo merece la pena solamente por el local, en el que se respira tradición de la buena, decorado con azulejos típicos sevillanos, carteles taurinos y sobretodo de Semana Santa no deja indiferente a nadie, el local se divide en tres zonas, la entrada donde podemos ver unos grandes barriles a modo de mesas, a la izquierda otra zona con barra y balcones a la calle, y en el lado opuesto un salón con mesas de madera bajas. Tiene otro salón arriba, que no conozco pero en el que se celebran celebraciones de todo tipo.

Nosotros optamos por los barriles, y fue grato darnos cuenta de que atendían los camareros también en ellos aunque estuviéramos de pie (no hay bancos, y eso no mola).

Del Rinconcillo me habían dicho muchas cosas, entre otras que era caro y que probara las espinacas y el bacalao. Pues bien, casi todo erróneo. Vamos por partes: lo primero que diré es que este local es más que económico, casi todas las tapas tienen un precio de 2€ y algunas hasta 1,90€, lo cual ya es difícil de ver en Sevilla.

Sobre las espinacas, una tapa que me suele encantar la verdad es que no me convencieron en absoluto, estaban demasiado fuertes (pero mucho, mucho) y se me estuvieron repitiendo hasta que me acosté.

La ensaladilla (de atún) estaba buena, diferente a las que suelen poner en el  resto de bares, tenía demasiada mayonesa, pero muy buena, aunque quizás la esperaba algo más tradicional.

En cuanto a la pavía de bacalao, exquisita. Bien frita, el rebozado estupendo y el bacalao tierno y fresco, la mejor tapa de las que probamos.

El Rinconcillo no apuesta por las novedades ni la cocina de autor, aquí hay de lo de siempre, bien servido, buen tamaño, muy buenos precios y sin novedades.
Lo que te ponen aunque sea tradicional es de calidad, de destacar como comentaba sus platos de bacalao, en especial la pavía, aunque también había por ejemplo bacalao con tomate, muy fresco.

No probé nada más de la amplia variedad que ofrecen, pero sin duda volveré pronto para hacerlo. Me gustó lo atento que fue el servicio, los platos y servilletas con su logotipo y el cartel de Casa fundada en 1670 o el de Prohibido el Cante.
No dejéis de venir, es una parada obligatoria para todo Sevillano que se precie.

Valoración:


Si estáis interesados en saber más echad un ojo a su web, que es muy completa y tiene un poco de todo.


La Pepona

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La Pepona El Tapeador
Recuerdo que de repente un día cambiaron de nuevo el bar de la Calle Javier Lasso de la Vega, era un bar que llevaba meses cambiando, no funcionaba a pesar de la buena zona, también abrieron La Clueca delante y San Andrés está a un paso, pero algo fallaba. Decidí darle una oportunidad al nuevo bar llamado La Pepona, ya que estaba lleno y desde fuera todo tenía muy buena pinta.
La Pepona El Tapeador

Tuvimos que esperar un buen ratillo para coger mesa y mientras nos tomamos una cerveza bien fresquita y servida en copa grande en la barra, que me resultó bastante incómoda, básicamente porque estaba muy lleno. Finalmente nos sentamos en una de sus mesitas de madera, están muy cercas una de otras y me resultó un poco incómodo no poder dejar el bolso en ningún lado, había mucho ruido pero sobretodo había mucha hambre, así que no nos importó demasiado.

Para ir abriendo boca nos pedimos unas croquetas de puchero y alioli a la hierbabuena y los camareros, que resultaron ser muy amables nos recomendaron su tapa estrella, sardinas maceradas sobre tosta de sésamo y compota de tomate semiseco. Sobre las croquetas diré sin miedo a equivocarme que son las mejores croquetas que he probado en años, y creedme, eso es mucho. Las sardinas también exquisitas, una tapa original con unos sabores muy especiales, suave y a la vez intensos, te tiene que gustar mucho el pescado, deliciosas.
La Pepona El Tapeador

Las tapas no son excesivamente grandes y éramos dos así que seguimos probando, decidimos que los Canelones de carrillada ibérica con bechamel de boletus serían una buena opción, y acertamos. No fue mi tapa preferida de la noche, ya que la carrillada me resultó un pelín fuerte, pero si te gusta la buena carne te gustará. Queríamos una tapa más grandecita que nos saciara más y optamos por la apuesta segura de huevos con chorizo, que nos presentaron en una pequeña cazuela, literalmente para mojar pan.
La última opción fue la tapa de chipirón encebollao, rico aunque de todos los platos fue el que menos me sorprendió.
Las presentaciones de los platos fue muy cuidada, como viene siendo habitual en los nuevos locales más trendy de la ciudad.

Si eres amante del vino en este bar vas a disfrutar, ya que tienes más de 40 variedades diferentes para maridar tus tapas, si no sabes mucho déjate recomendar por el encargado, que te atenderá con gusto.
La Pepona El Tapeador

Lo que vende la pepona son tapas de siempre con un toque más original y elaborado, con los mejores ingredientes, vamos, una calidad excelente en todos sus productos, y se nota muchísimo.
Sobre el precio de las tapas, varía entre 2,5€ y 4,5€, más que aceptable para lo que estás comiendo, aunque las tapas no son excesivamente grandes como digo la calidad y los sabores son exquisitos.
La Pepona El Tapeador

Aparte de lo que pedimos, y aunque tenía todo una pinta estupenda me quedé con las ganas de probar  la merluza, la ensalada tibia de pollo al curry, la tabla de quesos, o el ajoblanco, así que sin duda volveré a probar más buena comida en breve, este local engancha.

Como pequeña nota os diré que La Pepona ha conseguido situarse en su corta vida en el puesto número 8 en la web Tripadvisor, ni más ni menos de entre casi 1400 locales sevillanos, en tan poco tiempo esto dice mucho de este estupendo bar.

Durante la última semana de cada mes La Pepona hace unas jornadas dedicadas a un producto, plato o región, ofreciendo diferentes tapas, todas ellas al precio único de 2,5 euros. ¡Nos encantan estas cosas!

Valoración
La Pepona El Tapeador

Bar Sacramento

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Esta semana El Tapeador visitó un nuevo bar ubicado en la Calle Feria. Hablamos del Bar Sacramento. Un local de decoración rancia-molona-vintage, en el que podrás comer huevos, chorizo y chistorras de las buenas, carnes, patatas fritas de las de la abuela y algunas cosillas más, todo de la tierra. ¡Y nos encantó!

Es curioso lo difícil que resulta a veces encontrar unos buenos huevo fritos con patatas en la calle, en estas fechas que hace frío y lo que te apetece es un buen plato de esos que te servía la abuela, aceitoso y que llene, ¡mmm la boca agua!

El Bar Sacramento es un local sencillo, la decoración te hará reír, posters de películas y discos de Rafael, cuadros vintage de los que había en toda buena casa ochentera y mesas y sillas de madera.

El servicio es inmejorable ya que el personal es simpatiquísimo y te atienden rápido, bien y con una gran sonrisa en la cara. Cerveza Cruzcampo de botellín o tirador fresquita, manzanilla o vino tinto, hay para elegir.

En cuanto a la carta no es extensa, se limita a las mismas cosas preparadas de manera diferente y en diferentes tamaños, es para ir a comer lo que ya sabes que hay, y los precios te sorprenderán.

Platos de chorizo (la especialidad), queso (ofrecen más de cuatro tipos de quesos deliciosos), chacinas en general con picos o pan. Huevos bien cocinados con patatas exquisitas, chorizos frescos a la plancha que se deshacen en la boca, buen pan tostado para acompañar todo el plato.
Si prefieres algo más contundente aun puedes elegir presa, otra de las especialidades de la casa. La carne de buen calidad y cocinada en su punto (puedes elegir entre solomillo, churrasco, secreto...), acompañadas de las ya famosas patatas. No dejará indiferente a nadie.

Los precios de las tapas, que son muy abundantes son de 2,50€, los platos grandes rondan los 9€ y las bebidas 1 a 1,50€. Vamos que por 5€ puedes salir de allí tibio y con el buen sabor de boca de la cocina tradicional, de antaño y muy difícil de encontrar hoy día.

Valoración:

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