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Bar Cine Pio XII

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El Tapeador, Bar Cine Pio XII

Hoy nos vamos a ir de tapeo por el barrio de Pio XII, concretamente llegando al final de la avenida de Miraflores, donde encontraremos un auténtico local sevillano: El Bar Cine Pio XII.
Hace ya algunos años que el cine Pio XII cerró, pero no así ocurrió con su ambigú que hoy sigue sirviendo estupenda tapitas para los asiduos del barrio.

El local es amplio y tipiquísimo, vamos que tiene hasta albero en el suelo, su barra de azulejo sevillano, sus cuadros "semanasanteros", su cruzcampo y su baño sin jabón ni papel. Por otro lado tiene una terracita en la calle de atrás, muy modesta pero cómoda y a la que en invierno le ponen una carpa cerrada para no pasar frío, con una pequeña ventana-barra en la que puedes pedir y recoger, porque funciona como autoservicio.
El Tapeador, Bar Cine Pio XII

Vayamos al lío, ¿Qué se come en el Cine Pio XII? pues de todo lo más típico pero con un toque más especial. Lo primero que diré es que si te gustan los fritos esta es tu taberna, y si no te hacen mucha gracia también, ya que es el bar Pio XII es uno de los que mejor fríe en la ciudad. Pescado, flamenquines,  pollo con bechamel...pero ahí no acaba la cosa. La carta es típica pero variada, por temporada van cambiando, caracoles (tapa estrella en verano), pulpo, tarta vegetal, espinacas, etc.

De mis tapas preferidas y rarotas la "delicia de melva" que consiste en una especie de flamenquín pero en vez de carne y jamón tiene melva y pimiento del piquillo, todo empanado y frito. ¡Delicioso! No había visto nunca nada parecido, y la verdad es que me hace replantearme todo este tema de los gastrobares; en un local de los de toda la vida se puede innovar sin demasiados adornos y queda igual de bien.

El Tapeador, Bar Cine Pio XII

Otra buena opción son los "huevos a la cojonuda": huevos fritos sobre pan con chorizo de jabugo y pimiento ¿os imagináis el sabor no? esto es algo que nunca falla.
Espinacas, los guisos (tienen guiso del día y siempre están buenos) como el bacalao al Pio XII, albóndigas de chocos, los chipirones plancha,  la sangre encebollada si os gusta y sobretodo el pescado frito son muy buenas elecciones.

Poco más que deciros, si estáis por la zona o si os apetece tomar buenas tapas, grandes raciones y a buenos precios de las de toda la vida no dejéis de pasaros por aquí. El ambiente es muy agradable, dentro y en la zona ya que lo suele frecuentar la gente del barrio.




Valoración

El Tapeador, Bar Cine Pio XII



Últimamente se están currando más su fanpage de Facebook, de donde he sacado las fotos porque las mías salieron muy oscuras, os recomiendo que echéis un ojo.

Plaza Chica

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Cuando las redactoras de El Tapeador nos enteramos de que habían abierto un nuevo bar en La Alameda no dudamos en acercarnos a echar un vistazo y probar algunas de sus recomendaciones.
El local en cuestión se encuentra al final de dicha plaza, pegado al Cine Alameda, y lo han bautizado con el nombre de Plaza Chica.

Sobre la carta os diremos que es variada, con un poco de todo, y aunque no es cocina fusión ni se han comido mucho la cabeza para hacer la selección en El Tapeador siempre hemos preferido comida de siempre, pero bien preparada.

Entre las tapas que probamos se encontraban las típicas croquetas de puchero, solomillo en salsa cabrales, ensaladilla, chipirones a la plancha, bacalao a la cazuela con langostinos y algún que otro montadito. Ya veis que elegimos un poco de todo, tapitas tradicionales.
Plaza Chica El Tapeador

Empecemos con la ensaladilla; te la sirven en un plato/cuenco y es una cantidad bien despachada, no tiene demasiada mayonesa cosa que agradecí enormemente y aunque no es una delicia está bastante bien. 
Las croquetas me dejaron un poco indiferente, te las sirven en un vaso de vino, 4 en una tapa, con patatas chips (esto no me gusta)...no sé hasta que punto son caseras, como digo de sabor me resultaron algo insípidas, sin chicha ni limoná.
Plaza Chica El Tapeador

Los chipirones fueron un acierto, esta es una tapa que me encanta, pero es delicada. En este caso estaban muy bien cocinados, ni duros ni demasiado blandos y sin ningún desperdicio. Esta tapa la sirvieron con un poco de ensalada, algo sosa.

El solomillo al cabrales fue una de las satisfacciones de la noche. La tapa (de muy buen tamaño) viene con patatas fritas cortadas en dados y una salsa de cabrales por encima que me pareció deliciosa, no estaba aceitoso y la carne era de buena calidad.
El bacalao por su parte nos decepcionó un poquitín, y es que se veía de buena calidad pero se les quedó pegado en la cazuela de barro, obviamente el quemado hizo que se perdieran los sabores y la tapa no fue gran cosa, a pesar de que fue la más cara (3,50€).
Plaza Chica El Tapeador

Y por último decidimos probar un montaíto Piripi, con queso, tomate, bacon y lomo. La sorpresa es que también los sirvieron con papas fritas en dados, el montao era grande, el pan no estaba duro ni chicloso y los ingredientes buenísimos. En mi opinión mejoraría el queso, que era de lonchas como tranchetes. Cuando vi el queso pensé que el sabor no sería prometedor, pero me equivocaba. El piripi fue una de las mejores elecciones de la noche, estaba para chuparse los dedos.

La terraza en plena Alameda es agradable y el bar por dentro también, aunque tienen el Aire acondicionado a toda pastilla, pienso que lo suyo es disfrutar de la terraza. Tienen caracoles propios de la época, que por supuesto habrá que ir a probar.

El Plaza Chica no se va a convertir en uno de mis bares de cabecera, pero para ir de vez en cuando y si sabes que pedir es una opción más que válida.

Valoración:


El Rinconcillo

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El Rinconcillo es el bar más antiguo de la ciudad, y esto señores, no es poco. Su fama le precede desde tiempos inmemoriales y El Tapeador no podía ser menos e ir a probarlo para contaros.

Ir al Rinconcillo merece la pena solamente por el local, en el que se respira tradición de la buena, decorado con azulejos típicos sevillanos, carteles taurinos y sobretodo de Semana Santa no deja indiferente a nadie, el local se divide en tres zonas, la entrada donde podemos ver unos grandes barriles a modo de mesas, a la izquierda otra zona con barra y balcones a la calle, y en el lado opuesto un salón con mesas de madera bajas. Tiene otro salón arriba, que no conozco pero en el que se celebran celebraciones de todo tipo.

Nosotros optamos por los barriles, y fue grato darnos cuenta de que atendían los camareros también en ellos aunque estuviéramos de pie (no hay bancos, y eso no mola).

Del Rinconcillo me habían dicho muchas cosas, entre otras que era caro y que probara las espinacas y el bacalao. Pues bien, casi todo erróneo. Vamos por partes: lo primero que diré es que este local es más que económico, casi todas las tapas tienen un precio de 2€ y algunas hasta 1,90€, lo cual ya es difícil de ver en Sevilla.

Sobre las espinacas, una tapa que me suele encantar la verdad es que no me convencieron en absoluto, estaban demasiado fuertes (pero mucho, mucho) y se me estuvieron repitiendo hasta que me acosté.

La ensaladilla (de atún) estaba buena, diferente a las que suelen poner en el  resto de bares, tenía demasiada mayonesa, pero muy buena, aunque quizás la esperaba algo más tradicional.

En cuanto a la pavía de bacalao, exquisita. Bien frita, el rebozado estupendo y el bacalao tierno y fresco, la mejor tapa de las que probamos.

El Rinconcillo no apuesta por las novedades ni la cocina de autor, aquí hay de lo de siempre, bien servido, buen tamaño, muy buenos precios y sin novedades.
Lo que te ponen aunque sea tradicional es de calidad, de destacar como comentaba sus platos de bacalao, en especial la pavía, aunque también había por ejemplo bacalao con tomate, muy fresco.

No probé nada más de la amplia variedad que ofrecen, pero sin duda volveré pronto para hacerlo. Me gustó lo atento que fue el servicio, los platos y servilletas con su logotipo y el cartel de Casa fundada en 1670 o el de Prohibido el Cante.
No dejéis de venir, es una parada obligatoria para todo Sevillano que se precie.

Valoración:


Si estáis interesados en saber más echad un ojo a su web, que es muy completa y tiene un poco de todo.


Cruz Blanca

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Hoy os quiero hablar del bar de tapas Cruz Blanca que se encuentra en el food court del Centro Comercial Nervión Plaza.
Llevo casi 2 meses queriendo escribir sobre este bar, y me alegro de no haberlo hecho antes ya que mi experiencia en este sitio ha ido degradándose con cada visita.

La primera vez que comí en Cruz Blanca me encantó y sorprendió ya que me gustó prácticamente todo: la comida estaba rica, las cantidades en las tapas eran razonables y había muy buen ambiente.

Pues bien, la segunda visita fue un poco más de lo mismo, salvo que en aquella semana se estaba celebrando la semana de la setas y el bar ofrecía tapas y platos fuera de carta cuyo principal ingrediente eran las susodichas.


El nido de setas con queso parmesano, aunque visualmente atractiva, dejaba mucho que desear en cuanto a sabor. De parmesano tenía bien poco (lo que veis en la foto), le faltaba sal y salsa; en mi humilde opinión pienso que un poco de béchamel no le haría ningún daño, ya que este tipo de salsa va muy bien con las setas y los champiñones al ser suave y sin muchos condimentos.

Llegando hasta esta punto, le habría puesto al bar una valoración positiva, pero no, la historia no acaba aquí y va empeorando...

Para poneros en situación, la última visita fue el pasado sábado, justo antes del partido futbolero del Sevilla FC contra el Levante, y como el estadio del Sevilla está justo detrás del centro comercial el bar esta lleno de sevillistas antes de entrar a ver el partido. En esa ocasión no se podían pedir tapas: solo platos (raciones), y el bar se convirtió en un lugar de autoservicio, para poder pedir nuestras tapas y que nos las sirvieran en mesa se suponía que teníamos que esperar 15 minutos (hasta que se fueran las peñas sevillistas según me comentaron los camareros). Pues bien los 15 minutos se convirtieron en media hora, durante la cuál no recuerdo cuantas veces me dijeron "ahora le atendemos caballero", ¡pero ojo! con mala cara y sin ni siquiera saludar a la hora de tomar la comanda.

Y ahora viene lo peor:

Me había pedido, como siempre, patatas bravas, croquetas de merluza y marisco, y un pincho árabe-kebab con arroz. Las croquetas estaban riquísimas y siempre me han gustado mucho en este bar. Las papas, eran una mezcla de daditos, algunos quemados y otros medio hechos, y para colmo estaban frías.



Y la palma al peor plato se la lleva el pincho, siento no haber hecho fotos de ese último pero la verdad es que se me quitaron las ganas de comer, de hacer fotos y de todo. Imaginemos una fajita de trigo sin tostar que lleva encima un poco de arroz con salsa brava, lechuga con mayonesa y una bola de carne picada. Todo ese "bazar" es incómodo de comer hasta que consigues enrollarlo bien, cuando por fin lo conseguí me encontré  con un sabor muy desagradable, increíblemente amargo, inaguantable después de dos o tres bocados y que finalmente tuve que escupir.



En fin, poco más tengo que deciros después de mi última experiencia, si decidís ir a comer allí, aunque yo personalmente no vuelvo a pisar el suelo de este bar, os recomiendo la rebaná de carne mechada con jamón ibérico, las croquetas de merluza y mariscos o la copa de huevo frito con jamón y pajita de papatas.



Valoración: (le voy a poner un psssé, y no le pongo menos por las croquetas, que están riquísimas)

La Chica

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En la entrada de hoy os quiero hablar del bar La Chica, o La Cigala Chica, como lo llaman muchos que podéis encontrar en la calle Arroyo, como casi siempre, en Sevilla.
Antes criticar el sitio quiero confesar dos cosas, lo primero es que no suelo salir de mi "zona de confort" que es Nervión y alrededores, segundo me cuesta mucho cambiar de bares de tapas por la sencilla razón de querer evitar llevarme sorpresas desagradables.
Pues esta vez he hecho las dos cosas, he ido a un sitio nuevo que se encuentra fuera de la zona de Nervión.

La Chica es un bar parecido a otro que se encuentra en la misma calle y que lleva el nombre de La Cigala de Oro, nos parecieron curiosas las similitudes entre uno y otro. La especialidad del local es el buen ambiente y la simpatía, como pone su rótulo, pero tonterías fuera, su verdadera especialidad es el marisco, como bien dejan entrever en su amplía carta.

Apostando a por lo seguro me pedí una tapa de patatas brava porque las papas nunca suelen fallar. También una tapa de pollo a la bechamel, y una tercera tapa de chocos fritos para compartir con mi pareja. En cuanto al precio de éstas, las tapas cuestan 2€ cada una y el pan 0,60€ por persona, muy económico.

La tapa de papas me decepcionó muchísimo, principalmente porque llevaban demasiada mayonesa y lo que tenían que llevar era salsa brava, en cuanto a ésta se parecía más al ketchup picante que a la verdadera salsa brava. El tamaño era considerable y aunque en un principio esto puede parecer positivo, lo cierto es que al no estar como debe estar al final se nos hizo pesado.

El pollo siendo sincero también nos sorprendió, pero esta vez para bien. A primera vista parecía un simple filete empanado, pero éste estaba relleno de bechamel y la verdad es que estaba riquísimo, con un toque suave. Como podéis ver en la foto venía acompañado de la típica ensaladita con lechuga y tomate aliñada al gusto del cocinero de bar rancio, preferiría habérmela aliñado yo mismo, así al menos el pollo no se hubiera mojado de vinagre.

En cuanto a los chocos fritos no hubo sorpresas, era exactamente lo que me esperaba, lo mismo que uno puede encontrar en otros muchos bares de tapas, nada especial aunque apetecible.

En cuanto a la valoración: no creo que vaya a volver a comer allí, la cantidad esta bien y el precio es razonable pero a la comida le falta un toquecito de sabor y de chispa. Por eso se va a quedar en un Psssé.



La Fábrica

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El otro día me animé a probar un nuevo bar que han abierto detrás de la Alameda. Su nombre es La Fábrica y se encuentra en la Calle Correduría nº 1, en su fachada podréis leer "Vinos y Picoteo".

Sobre el local, es acogedor y decorado vintage y con gusto, mesitas de madera pintadas de diferentes colores y barnizadas como antiguas, cajas de vinos, etc. Es bonito, también cuenta con lo indispensable: una terraza muy apañá fuera, nosotros nos decidimos esta vez por el interior ya que era tarde y hacía rasquilla.

El bar me gustó, no es especialmente barato (para la zona en la que está) pero en realidad los precios estaban a la orden del día, las tapas entre 2,90 y 4.90€, la mayoría tirando hacía arriba. La carta no es demasiado extensa aunque tiene suficiente variedad y desde luego está perfectamente confeccionada, se te antoja absolutamente todo, porque son tapas (la mayoría) originales y difíciles de encontrar en otros lugares, y esto me gusta.


Hablemos de lo que nos interesa, las tapas:
Para ir abriendo boca pedimos una ensalada de queso de cabra, con un gran medallón de exquisito queso, un poco de cebolla caramelizada y su exquisita vinagreta, la verdad es que me encantó y llena muchísimo.
Para ir probando también pedimos el tataki de presa, con verduras asadas que era un pisto alrededor, en su punto de cocina y lo más importante, en su punto de sal. Exquisito.
Seguimos con la ensaladilla, que fue la tapa más normalita de la noche, la ponen presentada en una lata de sardinas y aunque estaba buena tampoco estuvo a la altura, demasiado condensada, no me hacen gracia las ensaladillas que son una pasta.
Otra tapa que elegimos fueron las clásicas papas bravas, que me encantaron, tres o cuatro papas pequeñas, enteras con su piel y todo, asadas y con exquisito mojo picón por encima, en su punto y lo mejor, no estaban saladas (como las papas arrugás), todo un acierto.

Seguimos con la tapa de Pinchito Andalú, dos pinchitos (algo pequeños) de cerdo, con cous cous debajo cocinado con pasas y cebolla caramelizada, esta tapa que puede parecer tan sencilla me sorprendió muchísimo, primero por la calidad de la carne y cómo estaba cocinada, increíblemente bien. El cous cous normal pero se agradece el acompañamiento.

También tenían una amplía variedad de vinos, aunque la chica que nos atendió no me supo muy bien recomendar uno ni hablarme a fondo de ellos, les recomendaría una carta para poder elegir mejor, ya que finalmente pedí Rioja de la casa y no era nada del otro mundo. Por iotro lado decir que el servicio fue bueno y atento.
Está más que claro que volveré ya que quiero seguir investigando los vinos y esa estupenda carta, me quedé con las ganas de probar el risotto acompañado de habitas y los calamares en su tinta con arroz.

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Bodega Santa Cruz (Las Columnas)

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Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Hoy vengo a hablaros de uno de los bares más conocidos y concurridos de nuestra ciudad. En la calle Mateos Gago, justo en frente de la Santa Catedral nos encontramos este antiguo bar concretamente en la esquina con la calle Rodrigo Caro, probablemente el más típico de la calle junto a El Perejil, hablamos del Bar Santa Cruz, por todos los sevillanos conocido como Las Columnas.

Nos encontramos en una calle llena de bares, aprovechando la zona turística la mayoría tienen las cartas en varios idiomas, los precios inflados y la calidad mermada. Las columnas no es un bar de delicatessen, pero al menos es sincero con sus tapas y sus precios, los habituales en nuestra ciudad.
Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Últimamente la vida me ha llevado mucho por esta calle y casi siempre elijo las Columnas para tomarme unas cruzcampos fresquitas y algún que otro montadito de pringá (lo mejor de este bar) o una tapa de tortillitas de bacalao, tapa cada ves más difícil de encontrar en Sevilla y aun más difícil de encontrar bien cocinada y poco aceitosa, si paráis aquí probadlas.
Tienen amplía carta, todo de cocina mediterránea, la típica de las tabernas antiguas sevillanas. Mis recomendaciones cazón en adobo (otra tapa cada vez más complicada de encontrar bien cocinada), la tortilla al whisky (no es de mis preferidas pero es un clásico en este bar), costillitas o flamenquín de chorizo, por supuesto la clásica ensaladilla...

Una de las cosas que me gustan de este local es que pese a su situación no ha perdido esa "solera" de taberna antigua, el equipo es rancio, a veces más simpático y a veces menos aunque agradable en general, siguen apuntando las cuentas en la barra con esa tiza blanca húmeda y es autoservicio, así que la barra siempre está de lo más concurrida, uno de esos bares de los de siempre, pero en pleno barrio Santa Cruz.
Bodega Santa Cruz (Las Columnas)-el-tapeador

Por supuesto el baño es pequeño y de esos que tienen albero en el suelo como antaño, la decoración de las de "toa la vida" y el servicio rapidísimo. No dejéis de pasar por aquí si tenéis la oportunidad, mezclaros con los turistas y los sevillanos que conviven a diario en esta taberna, escuchad la tuna dando el coñazo la mayoría de las noches, tomaros una manzanilla o una cerveza bien fría en una de las mesas altas de fuera, contemplad la torre de Sevilla y vivid el encanto de éste, el barrio más antiguo de nuestra ciudad.

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Casa Rafita

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Bar Casa Rafita, el Tapeador

Seguimos descubriéndoos el Barrio de San Lorenzo, en ese caso nos vamos a la Calle Marqués de la Mina esquina con Miguel Cid al local bautizado como Casa Rafita, famoso ya por sus mantecaitos, y no, no hablo de dulces navideños. 

Casa Rafita lleva ya varios años abierto y cada vez suena más, cada vez es más difícil hacerse con una mesa de las que tiene en la no tan ancha acera y cada vez cuesta más pedir. Pero el barrio es el barrio y tira, si Eslava está lleno y la Abacería y el Rodiguez también sin duda es la mejor opción.

Fotografías de Casa Rafita - Fotos de Restaurante

Casa Rafita es para tomarte unas cuantas cañas frías para ir abriendo boca, las berenjenas con salmorejo son una de sus especialidades, ricas ricas, al igual que los flamenquines cordobeses que aunque lo digan por ahí no llevan langostinos, están bien pero ya sabéis que yo no soy gran admiradora de los fritos, y por mucha fama que tenga un flamenquín es y siempre será fritanga. En primavera y verano sirven unos caracoles espectaculares que poco tienen que envidiar a más de algunos de los bares caracoleros por antonomasia de Sevilla, ¡Me encantan!

Pero hablemos del Mantecaito, la tapa estrella y la más popular del bar, por lo que la gente viene aquí. El mantecaito no es más que un montadito con un filete de lomo, jamón y un huevo frito de codorniz encima. Cómo imaginaréis esto no puede estar malo, y es que la mezcla del filetito bien pasado por la plancha, con el jamón del bueno y la yema del huevo es una genialidad, a la par que simple, oye.

Bar Casa Rafita, el Tapeador
Rafita usa los huevos de codorniz (que tan de moda están ahora gracias al Coloniales) para más tapas, una de las que más me gustan es el pisto con huevo, a veces un poco aceitoso pero normalmente muy rico. Por otro lado la ensaladilla no es gran cosa (no es de las artesanas), las croquetas variadas están bastante bien pero las he probado mejores, no obstante es una buena opción. Además de esto suelen tener las típicas tapas y aliños de taberna, que es lo que es Rafita, una tasca de las de toda la vida.
Dicho esto no os esperéis grandes cosas del local ni su decoración, ni esperéis encontrar un gran baño (es ínfimo), ni papel en él, lo mejor es sentarse fuera y esperar que te atiendan, con suerte será rápido, aunque esto no siempre sucede.

De precio es más que asequible, de lo más baratito del barrio.

Valoración:
Bar Casa Rafita, el Tapeador

Bodega "El Bokao"

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Bodega- "El Bokao"-el-tapeador
Hoy os traemos la crítica de la bodega El Bokao, situada en la calle Julio César nº14, al lado de La Caixa (antiguo Cajasol). Anteriormente era el local de una franquicia y con el cambio han mejorado muchísimo. Tengo que reconocer que he ido varias veces y que la primera no me gustó nada, pero como yo soy de segundas oportunidades, le di otra y no me defraudó nada.

Es una bodega que ahora lleva un grupo de amigos que también antes trabajaban juntos. Y ese buen ambiente de camaradería se nota en el local. No sé cuántos cocineros o cocineras habrá, pero hay uno marroquí que hace una comida que "quita el sentío" y deja su firma moruna en los platos.  Con sólo recordarlo ya estoy salivando. 

Una recomendación para ir empezando: a pesar de que tienen una amplia y variada carta, es recomendable fijarse en la pizarra de "recomendaciones" justo detrás de la barra; porque las tapas que tienen allí escritas son las que tienen ese día. Las recomendaciones cambian del mediodía a la noche, así que si vais dos veces el mismo día podréis cambiar de menú. 
Bodega- "El Bokao"-el-tapeador
Rollitos de salmón, gulas y gambas
Y vamos a entrar ya al lío. Eramos dos personas, pues dos tapas para cada una. Suficiente y más que suficiente -y eso que servidora come más que una lima sorda-. Pedimos un revuelto de bacalao y un taco de atún, que estaban ricos, sin más. Los he comido mejores y también peores. Nada especial a reseñar sobre estas dos tapas. 

La siguiente tapa fueron unos rollos de salmón con gulas y gambas. Delicioso. Está claro que con semejante materia prima es muy difícil que una comida esté mala, pero estos rollitos estaban espectaculares porque ningún sabor mataba al otro y además la mezcla les quedó muy suave. No son muy difíciles de hacer y creo que los haré en casa alguna que otra vez. Mientras me decido y no, iré al Bokao a comerlos. 

Y dejo para el final la que para mí es la "tapa estrella": falda de ternera rellena de pasas. El día que voy y no la tienen el almuerzo se convierte en una tragedia ;-)  Esta es la tapa con toque moruno. Está exquisita, pero rica rica de verdad. La carne está muy blanda, casi se deshace en tu boca y la salsa de canela y especias te transporta a una medina de Marruecos. Sí, yo soy muy friki de la comida árabe, pero esta falda de ternera está riquísima. Es recomendación de la casa ¡y de mi madre!

Bodega- "El Bokao"-el-tapeador
Falda de ternera con pasas
No penséis que aquí se acaba todo. ¡No! Pero ya no quiero ser más pesada ni poner más fotos. La paella de marisco está muy rica -y para que yo diga esto, que no me gusta el arroz ya tiene que estar buena-. También muy rico el revuelto de chipirones con ajetes y espárragos trigueros, la pechuga de pollo con queso roquefort, el flamenquín de cabrales, los chipirones a la plancha de toda la vida (quizá los hacen un pelín crudos), el revuelto de coliflor, el adobo, las puntillitas...

El precio de estas maravillas que os acabo de contar ronda entre 2'50€ y 2'80€ al igual que los montaditos. Tienen también medias raciones entre 4'50€-7€, raciones a 8€-12€, raciones de embutido ibérico entre 11€ y 18€, panes de la casa a 9'50€-11€, ensaladas a 9€ y postres a 4'20€. Nunca llego a los postres :-(  así que no os puedo aconsejar, pero son caseros, tipo flanes, natillas, tartas de queso y cosas así. Tienen también un menú del día, a 8'50€ creo recordar.


El servicio es bueno aunque en ocasiones son un poco lentos, olvidan lo que has pedido o tardan una eternidad en traerte el plato. Esto fue lo que nos pasó el primer día. Ya lo han remediado y ahora el tiempo de espera es el normal cuando la bodega está casi vacía, con gente... la cosa cambia un poco, pero no son tan lentos como al principio.
Yo lo recomiendo totalmente y si vas una vez, repites seguro. No olvides pedir el "plato estrella"

Tienen un blog no demasiado bien cuidado :-(  y también una fan page en Facebook por si queréis echarles un ojo.

Valoración:



El café-bar Levíes

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Para mi segunda entrada en este blog he querido hablaros de uno de mis lugares favoritos para ir de tapas en Sevilla: el café-bar Levíes:
Bar Levíes-El Tapeador 

Situado en la calle Levíes en el centro histórico de Sevilla, este bar ofrece una amplia variedad de tapas para todos los gustos, sea usted vegetariano o carnívoro encontrará lo que esté buscando y a muy buen precio.

Pollo a la pimienta, solomillo al whisky, atún a la plancha, papas gratinadas con queso cheddar, tortilla española, chocos fritos, distintos baguettes y bocadillos son sólo una pequeña parte de las más de 50 especialidades que ofrece el local y que os recomiendo personalmente.
Bar Levíes-El Tapeador
En la foto se pueden ver una tapa de pollo a la pimienta y una media ración de papas con cheddar. Muy rico y el fondú de queso: ¡oh la la!

Desafortunadamente todo no es oro todo lo que reluce este paraíso para el paladar, me veo obligado a resaltar unos de los aspectos que menos me gustan del lugar: el bar Levíes es un sitio a evitar los viernes y sábados por la noche, otra opción es llegar temprano para encontrar sitio ya sea en la terraza o dentro del local, y para que te sirvan rápidamente porque cuando hay bullicio los platos tardan en llegar, sobretodo cuando se pide algo que necesita un poco más de tiempo de elaboración cómo por ejemplo las croquetas de espinacas, con estas además corres el riesgo de que no estén bien fritas, y por último la falta de personal para atender a los clientes a veces y de mal humor, aunque para ser sincero diré que esto no suele ocurrir a menudo.

En cuanto a precios, no pueden ser más asequibles teniendo en cuenta el tamaño de las tapas (con dos ya tendrás más que suficiente) están alrededor de 2,5€/3€ por tapa.
Bar Levíes-El Tapeador

¿He dicho ya que este es uno de mis sitios favoritos de tapeo? Pues eso señores, os lo recomiendo encarecidamente ya que ni la localización, ni la relación calidad-cantidad-precio podrían ser mejores. Como último tip comentaros que no  se os ocurra pedir tapa de patatass porque todos los platos vienen ya acompañados de estas.

Valoración:

Bar Levíes-El Tapeador

La Roda

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La Roda Bar Sevilla-El Tapeador
Tenía muchas ganas de comenzar a escribir en este blog, así que para conmemorar mi “primera vez” en estas líneas he querido ir a lo seguro y recomendar uno de mis rincones favoritos de la ciudad. Hablo del bar La Roda, situado en la calle Arroyo esquina con la calle Urquiza, el cual os recomiendo desde el primer momento en el que empiezo esta crítica.


Sevilla es una ciudad tan de bares, que incluso alejados de las zonas más turísticas, puedes encontrar calles y plazas que se llenan de estos locales, los cuales abren unos al lado de otros conformando un curioso mosaico de apetecibles opciones.Tal es el caso del trozo de la calle Arroyo que va desde la esquina con José Laguillo hasta Urquiza, al que me he atrevido a llamar “la acera de la fritanga”, en la cual, exceptuando alguno de novedosa apertura que aun no conozco, la mayor parte de los bares no ha cambiado nunca su carta de solomillo al whisky y fritureo, que por su bajo precio se abarrotan de personal hambriento en las horas puntas del papeo.
La Roda Bar Sevilla-El Tapeador
Pero entre este mar de baratos topicazos, La Roda se levanta como un bastión inquebrantable del buen comer de los toda la vida. Los más viejos de esta zona entre Santa Justa y María Auxiliadora saben que en este bar de grandes y luminosas cristaleras tienen un valor seguro y que no les defraudará. Su interior no puede ser más sencillo, con su mostrador y sus mesas de siempre, que a veces se abarrota fruto de su éxito ya conocido en el resto de la ciudad, al igual que su terraza.

La última vez que disfrute de este bar fui a cenar con la familia e hicimos un recorrido por alguna de sus mejores tapas, las cuales fueron regadas por unas cuantas Cruzampos bien fresquitas, y acompañadas con el pan y los picos de Panadería Cordero, muy famosos en Sevilla, y más que recomendables (hay que fijarse en los detalles).

Lo primero en caer sobre nuestro paladar fueron unos taquitos de mero al limón muy finos y acompañados del correspondiente lechugueo que me gustaron bastante, y que sirvieron para abrir boca ante la llegada de dos montaditos bastante buenos, uno de gambas con ali oli y otro de lomo con jamón, hablamos de montaditos de los de siempre, con su tamaño adecuado, sin las pequeñeces de las cadenas de restaurantes con un número en el nombre (si, todos sabemos a cual me refiero), ni las monstruosidades de otros bares, que confunden el sagrado montadito con el no menos sacrosanto bocadillo.
La Roda Bar Sevilla-El Tapeador
Tras este buen comienzo llegó una tapa de langostinos al ajillo que estaba buena pero algo sosa, y que quizá fue la más floja de todas las que pedimos, siendo sinceros no volvería a pedirla. Pero para disipar las dudas, llegó como agua de mayo un solomillo al whisky de los de verdad, y no de los que hablábamos antes, una tapa de carne en condiciones bien hecha y de buen sabor, que consistía en dos filetes muy ricos y muy tiernos acompañados de su habitual séquito de patatas, y de una salsita de esas que te hacer mirar de reojo buscando el pan.

La Roda Bar Sevilla-El Tapeador
Tras esto llegó la que es mi tapa preferida de todas las que aquí ofrecen, se trata de unas berenjenas con salmorejo y jamón que como se dice en esta ciudad “quitan el sentío”. Soy muy dado a probar esta misma combinación en algunos de los bares más famosos y señeros del casco histórico sevillano, pero para mi, la de este bar las supera con creces. La berenjenas están cortadas a tiras y rebozadas los justo para que estén doraditas y deliciosas, el salmorejo esta muy bueno y el jamón se agradece en lonchas y no en taquitos (opinión personal).

La Roda Bar Sevilla-El Tapeador
También pedimos una tapa de chipirón plancha que estaba muy buena, y unos taquitos de merluza que aunque prefiero el mero al limón, también nos dejaron bastante satisfechos, ya que estaban muy bien fritos y acompañados de su mayonesa correspondiente.

El trato del personal es muy bueno, las camareras son muy amables, y sirven bien. La comida llega en su justo momento, cuando ya está bien hecha, sin tardar pero sin volvernos locos, como en otros bares, donde te sirven tan rápido que te hace pensar si esta tapa no se encontraba ya lista y preparada en algún microondas furtivo dentro de la cocina desde hace horas. Los precios son bastante asequibles, las tapas van desde los 2,50€ a los 3,50€, habiendo también medias y raciones.

En definitiva, La Roda es uno de esos bares de toda la vida, un bar de barrio donde te sientes agusto y a salvo cuando las innovaciones gastronómicas no rondan por tu cabeza. Es ese primer lugar en el que piensas cuando vuelves de la playa y a la hora de almorzar el frigorífico está vacío, ese lugar que siempre ha estado ahí y donde empiezas a ver a la gente llegar en coche de otros rincones de la ciudad y te das cuenta de que justo al lado has tenido siempre un bar estupendo donde comer con los tuyos.

Valoración:


La Roda Bar Sevilla-El Tapeador

 
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