Últimamente en El Tapeador nos sentimos muy cosmopolitas. Siempre he dicho que en Sevilla faltaba variedad en cuanto a bares y restaurantes, nos encanta lo típico y lo mediterráneo, pero no está de mar tener donde elegir y poder decidir entre ir a un japonés, un vietnamita o como es el caso de hoy, un libanés.
Ya me habían recomendado un par de personas un pequeño y nuevo bar frente al mercado de la Calle Feria en una calle lateral. Su nombre es Pitacasso y probar este sitio es una de las mejores decisiones que he tomado últimamente.
La carta es extensa, y basicamente hay diferentes tipos de pitas (pollo, ternera, falafel, etc), platos como paté, hummus, pollo al curry o papas con mojo; y tapas como hamburguesita de ternera, tiras de pollo con salsa de yogurt o croquetas de diferentes tipos.
Yo ya como muchas croquetas por ahí, así que mi intención en este bar era comer algo completamente diferente. Nos decidimos por pedir varias cosas e ir probando de todo y para empezar que mejor opción que un típico Hummus casero, el mejor que he probado en mi vida, templado, jugoso y sabroso.
También pedimos un Falafel Rojo, con salsa de yogurt, no soy muy fan de los falafel, los he probado alguna vez en los kebabs y nunca me han llegado a gustar, pero esto, esto era diferente. Estaba sencillamente delicioso, era enorme y nada aceitoso; otro acierto.
De tapas pedimos pollo al curry, y aunque estaba bueno tengo que decir que de todo lo que probamos fue lo menos original, ya es una tapa bastante conocida en Sevilla y que sirven multitud de bares, así que me quedo con lo demás.
La tapa de la noche fue sin duda la de Tortillitas Danas, (que previamente me habían recomendado). Son como unas hamburguesitas con un poco de pollo y mucho puerro acompañadas de una salsa tres quesos y un poco de ensalada. Increíble, sólo al recordarlo se me hace la boca agua.
El bar tiene una terraza pequeña y ruidosa pero agradable a la vez, el principal problema es que sólo hay una cocinera dentro y una chica sirviendo todas las mesas, es muy agradable y no es lenta, pero no daba a basto.
Otro pequeño problema es que no se puede pagar con tarjeta, así que tenedlo en cuenta, aunque en la calle Feria hay multitud de cajeros.
En este sitio además me llevé una grata sorpresa al final, cuando nos trajeron la cuenta pensé que se habían equivocado, no podía ser tan barato por la cantidad de comida que nos habían servido. Pero revisé la cuenta un par de veces y no, la cena me costó 7 euros. No puedo más que decir que este nuevo descubrimiento es muy, pero que muy de puta madre.
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